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El problema de apellidarse Quispe



"El racismo es como juzgar el valor de un libro por su portada"


"El racismo no es más que la soberbia de un ser evidentemente inferior"

Pasaba por la av. Abancay y leí algunos carteles que decían: “Se necesitan jóvenes con experiencia. Buena presencia”. Uno se pregunta a que se refieren con “Buena presencia”, y la respuesta es lamentable, indicios de racismo.

Racismo es el término que alude a una violación a los derechos humanos que consiste en la discriminación de las personas en razón de su pertenencia étnica o racial, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. En el Perú el racismo se ha hecho más evidente en los últimos años, diversas denuncias en discotecas de Lima en donde prohíben el ingreso de parejas peruanas – por sus rasgos- pero si el de extranjeros u otros que demuestren rasgos de “elite” han aumentado en los últimos años.

También cuando uno va en busca de empleo, el guardián solo deja pasar a personas con rasgos blancos y no a aquellos que posiblemente tienen rasgos indígenas; es así como se ha llegado a utilizar el termino “cholo” y “serrano” para hablar de manera despectiva a personas que provienen de la sierra considerándolos como personas inferiores a nosotros, es obvio que esa idea es totalmente absurda, pero latente en nuestra sociedad.

Lamentablemente la esfera de valores en el Perú esta en crisis y eso influye de manera directa en la actitud de ser racista, y en nuestro país eso es muy evidente. Sabemos que en el Perú no tenemos raza pura, somos una mezcla de diferentes razas, por consiguiente no existiría técnicamente el racismo, pero si lo hay debido a la cultura de formación errónea que se ha establecido en nuestras sociedades considerando a los “cholos”, “negros” inferiores con respecto a los “blancos”.

A pesar de que se han querido tomar medidas para evitar esto - como lo mencionaba anteriormente- muchos locales ya sea discotecas, restaurantes u otros no dejan ingresar a sus clientes por poseer rasgos andinos, a pesar de que puedan poseer dinero, también en los trabajos piden fotografía para poder evitar a aquellos con los rasgos mencionados. El racismo en nuestro país se denota hasta en los comerciales de televisión, pues vemos en campañas publicitarias ha actores blancos, rubios, pues se cree que ellos traerán mas beneficios a las empresas.

Lamentablemente somos racistas, y eso es un error que debemos intentar corregir. Todos somos iguales, con los mismos derechos, así que ser racista es algo que no debería existir en un mundo como el nuestro.

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Latin Sheepy Idol (Parte I)

Eran las 7pm de un día de semana, tan agitado como son los días de un universitario, y me disponía a descansar por breves momentos cuando recordé que debía buscar una separata para mi clase del día siguiente, tal odisea podía resultar eterna y el buen Homero no estaría muy contento. Mi biblioteca es tan grande - y desordenada- que es como encontrar una aguja en un pajar, a pesar de ello me aventure a explorar ese mar de hojas, papeles convertidos en los más crueles enemigos a vencer para encontrar el preciado tesoro, ósea la ansiada hoja que buscaba.
Entre tantos papeles en una piscina gigante sin fondo encontré un pequeño papelito con letras a lapicero algunas ininteligibles con el paso de los años, este breve texto era un conversación- las que solemos hacer cuando nos aburre una clase- en ella yo conversaba con sheepy. La lectura de ese papel trajo a mi memoria tantos recuerdos, ilusiones y una que otra lagrima.

Aquel papel que halle como un tesoro egipcio en el extenso desierto de El Cairo me hizo retroceder como en una máquina del tiempo hasta el año 2004 y recrear mí vista con las más impactantes y bellas imágenes reflejadas en un Plasma imaginario de mis recuerdos.
Describir ese año en el libro de mis memorias resulta tan complicado como excitante, recordar aquellas tardes mirando el cielo con un café en la mano o preguntándome que pasará mañana en una noche de aguacero, ir a ver una película o comer en Derecho son mis más imborrables recuerdos.
Volviendo al “papelito” el amigo lector se preguntara quien es Sheepy, la respuesta es muy simple, sheppy es una chica, tez blanca, cabello castaño (así la conocí), ahora azabache, negro etc, sheepy es dulce cariñosa, sencilla, locuaz, afable, generosa; esta enamorada, vive en Bellavista y estudia conmigo en la universidad.

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor; yo preferiría quedarme bajo esos silencios disfrazándome de Vincent y contarles a mis queridos lectores como conocí a Sheepy. He pensado seriamente escribir un guion de película- con el permiso de Tarantino- ya que la manera como conocí a sheepy podría ser calificada como sorprendente y el medio como el mas sutil e inimaginado por el que se pueden conocer dos personas.

El primer encuentro con sheepy (según su versión) fue durante la fila para la matricula de la universidad en el que yo llevaba un polo azul y aunque no recuerdo ese momento, ahí comenzaría todo….Continuará

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VOTEN POR "LA ESENCIA DE LOS SENTIDOS"

Amigos:
En esta ocasión les escribo para saludarlos y pedirles que voten por este blog en el enlace de la parte inferior.Este concurso es organizado por Páginas Amarillas y Perúblogs. La categoria es Blog Personal y no se olviden de confirmar el voto en su E-mail. Gracias Totales..


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Páginas Amarillas

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La otra esquina

Si sus calles pudieran hablar, el tiempo se detendría; si la luz del sol pudiera dibujar siluetas bajo su cielo describiría las mil y una aventuras de dos viajeros, dos personajes que lejos de refugiarse en restaurantes, bares u otros lugares, ven pasar largas horas de tertulias bajo un mismo cielo, el de santa Beatriz.

Santa Beatriz, urbanización ubicada en el Cercado de Lima, es el lugar en donde mis primeros pasos plasmaron huellas imborrables, donde tracé ilusiones en el cielo, donde sufrí pérdidas, obtuve alegrías y en donde he disfrutado cada instante de mi vida.
“Mi barrio” se ha convertido en los últimos años en un oasis, lejos del bullicio de la ciudad. Santa Beatriz se erige como el lugar preferido para mis largas caminatas, los placeres de la lectura, las más grandes tertulias, los debates más insospechados, y una que otra misión fallida. Visitar lugares como “Cristo Rey”, la esquina de la “tacita”, el famoso “Chales”, la pollería, la esquina de canal 4, la quinta de Lore y uno que otro huequito ubicado en este perímetro se han convertido en mi más sublime obsesión.

Escribo sobre Santa Beatriz porque creo que el lugar donde uno vive deja huella de principio a fin. En este lugar no me puedo jactar de poseer como diría la canción: “un millón de amigos” pero si uno al cual mencioné, que es como el caminante buscando horizontes y esos horizontes tienen nombre propio.

Con Erwin hemos recorrido por largos años, las inopinadas calles de Santa Beatriz recogiendo anécdotas, testimonios, algunas “amistades” y sobre todo salvarnos de algún asalto a las 2am.
Cada una de estas historias he pensado recopilarlas en un libro, y aunque no seria mala idea, no faltarían los reclamos de “lentes”,”tacita”, “Aladino” o algún otro personaje pintoresco de nuestro ya agitado barrio.

A fin de cuentas un lugar siempre tiene historias que contar y este no será la excepción, mas adelante los deleitare con alguna que otra historia, y espero que elijan a su personaje favorito. ¿Será acaso Aladino?

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Pero, ¿Quién es Emilia?

Aún recuerdo la frase que pronuncié esa noche de lluvia a mi buen amigo Erwin Coletti: “Vamos, que ya sale Emilia”, la emoción me embargaba y no sabía el porqué. Llegábamos de la universidad y eran las 8:00 pm en la esquina de Montero Rosas, cuando un tumulto gritaba y corría sin cesar, los flashes de las cámaras digitales se disparaban rápidamente, llegué al lugar de los hechos para comprobar in situ que estaba pasando y la respuesta fue evidente. Había terminado el programa de televisión Habacilar y su conductor el “feo” Raúl Romero abandonaba las instalaciones de América Televisión y los asistentes no desaprovecharon la oportunidad de pedir algún autógrafo. Yo me pregunto: ¿qué harían con un autógrafo de Raúl Romero? La respuesta aún la estoy pensando.

Sin perder tiempo caminé sigilosamente a la puerta del canal, pero como seguía la multitud aclamando a cada una de las personas que salían del canal sean famosas o no, decidí trasladarme a un lugar privilegiado que lejos de ser un palco VIP se convirtió por una noche en mi centro de operaciones para ver a Emilia.

Conforme pasaban los minutos le comentaba a Erwin- recordando viejas querellas- aquella foto con Anahi de Cárdenas tomada con la histórica Kodak de mi abuelita, pero esa ya es otra historia. Como decía, mientras me encontraba dialogando pude presenciar un hecho curioso, salió del canal la modelo Thalía (el apellido no sé como escribirlo) y cuando intentaba ingresar a su automóvil, una chica bajita se abalanzó encima de ella para pedirle un autógrafo y una foto, provocando la reacción de Thalía con las palabras: “Déjame que me puedo caer” reflejando en el rostro la firmeza y dureza que balo cuatro luces y dos cámaras serian totalmente opuestas.

A partir de allí, me encontraba aislado bajo el techo del segundo edificio del canal, esperando a Emilia, este era el segundo intento, ya que el primero fue un fracaso, ya que el objetivo pudo escapar y al ilusionado redactor de este blog solo le quedó mencionar la frase de “Los Heraldos negros” de César Vallejo: “Hay golpes en la vida tan fuertes yo no sé”.

Eran las 8:18pm y no había rastro alguno de Emilia, mi paciencia se agotaba, mi animo decaía, mi cabeza agacha era símbolo de la resignación de no poder verla, pero de pronto como los cuentos de hadas apareció a través de las lunas del canal un cabello dorado como el sol que abrió mis pupilas de par en par, era ella, mi Beatriz si fuera Dante, mi Julieta si fuera Romeo.

Esa alegría duro apenas unos segundos porque desapareció por los pasillos del canal, haciendo despertar mi instinto de Sherlock Holmes y preguntarme porque puerta va a salir.
Ante esta duda, Erwin atinó en decirme que saldría por la puerta de atrás donde había al parecer estacionado su auto; ante tal efectividad de razonamiento solo pude decir: “Elemental, mi querido Watson”. Y efectivamente Emilia salió raudamente hacia su auto por la puerta trasera y pasó velozmente por nuestro puesto de vigilancia, siendo interrumpida intempestivamente por algún fanático en la esquina del canal justo frente a mí.

¿Qué hacer? Decidí a pesar de la lluvia que había empapado sus parabrisas, acercarme para verla en persona, lo hice, pero no pude observar nada por lo antes mencionado. Su vehículo arrancó velozmente perdiéndose entre la neblina de aquellas calles de Santa Beatriz.
Y “Al final de la batalla y muerto el combatiente…”* me retiré rumbo a casa pensando: Pero, ¿Quién es Emilia?

*Fragmento del poema “Masa” de César Vallejo

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Road to Cholebrity

Road to Cholebrity


Era una agradable noche de julio, vísperas de mi onomástico, cuando mirando algunos canales de televisión, descubrí por así decirlo, el comercial de Telefónica en donde aparece una de las “estrellas” de la televisión peruana; el Sr. Abelardo Gutiérrez, ¿sabe quién es? Sí, el mismo, Tongo. Aquel comercial me hizo reír en un principio, pero cuando al día siguiente observé en todos los teléfonos públicos de telefónica su foto en diferentes poses realmente estúpidas* comprendí que estaba en el Perú y que aquí se da demasiada importancia a personajes que no deberían tener la mayor relevancia, pero que si atraen grandes masas, un ejemplo es el mencionado Tongo.
Para aquel incauto extranjero que pueda haber llegado hasta este artículo y se pregunte ¿Quién es Tongo? Le contestaré de la siguiente manera:
Desde hace algunos años la prensa sensacionalista de nuestro querido país viene dando cobertura a un personaje pintoresco, paradigma de la cultura chola, de atuendo colorido como salido de un circo, de peinado de artista de los 80’s-creo que sería demasiado honor- cabello teñido de rubio, marrón o cuanto color requiera la ocasión, de tez arrugada, con pinta de sufrido, maltratado y hasta odiado por la vida y la voz como si hablara con la boca llena. Esta descripción hace alusión a nuestro personaje en cuestión.

Alguien dirá, ¿y cuál es el problema?, el problema radica en que tongo se ha convertido en la ridiculez del hombre personificada en alguien que busca fama a toda costa, desde cantar su “famoso” tema la pituca en una versión en inglés que en lugar de decir: “Why pituca you……. Dice: kuwai pituca you…..; hasta anunciar orgulloso sus conciertos en reconocidas discotecas de la élite limeña donde ciertamente los jóvenes corean sus canciones pero no porque sean de su agrado sino con el afán de burlarse del que se ha convertido en el payaso favorito de la televisión peruana.

La personalidad de Tongo refleja aquel rasgo que dicen poseemos los peruanos: “viveza”, quedan en mi memoria escenas de ridiculeces realizadas por tongo como cantar la pituca en inglés en un programa de televisión y pensar que el conductor se ríe de lo bien que canta y no del inglés mal hablado que utiliza, postulando al congreso sin tener ninguna propuesta concreta y solo decir: “lo hago porque el pueblo me quiere”, decir que va a cantar sus temas en varios idiomas, participar en shows de cumbia haciendo bailes que no necesitan mayor comentario.
Tongo no es que sea mi enemigo, pero personajes así no dan muy buen ejemplo en la alicaída televisión peruana.

*Estúpidas: de estúpido(a); Necio, falto de inteligencia.
P.D: Pedimos las disculpas del caso por la foto exhibida en este post. Fue la más decente que pude conseguir.

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¿Quién entiende a las mujeres?

Estaba escribiendo acerca de la película 21 gramos para un curso de Semiótica de la Universidad, cuando de pronto bajo estas cuatro paredes de mi habitación se presentó las más grande pregunta jamás resuelta en la historia de la humanidad y no pretendo exagerar con esta afirmación; la pregunta concreta es: ¿Quién entiende a las mujeres? Me pareció graciosa esta interrogante en un principio, pero al recordar en breves minutos muchas etapas de mi vida en donde las mujeres fueron elemento “indispensable”*, decidí escribir este articulo el cual no puede ser calificado de científico, mas si de realista.

Quisiera comenzar con esta frese que encontré en mis múltiples paseos por la red: “A la mujer hay que amarla, no comprenderla. Eso es lo primero que hay que comprender. (Osho)

Nuestro amigo Osho- al que lamentablemente no tengo el gusto de conocer para poder tomar un café en algún lugar de barranco y compartir aquella palabra “comprender”- tiene mucha razón en decir que es difícil comprender a una mujer. Ya que esta palabrita en el vocabulario masculino es mas difícil de pronunciar cuando se refieren a una mujer, ya sea amiga, enamorada e incluso esposa.

Hace algunos años creí entender a las mujeres, confiar en ellas era mi más sublime pecado, contarles aspectos de mi vida era más que una tertulia, una confesión; pero como diría Cantinflas en su celebre película “ahí esta el detalle”; entendí que no puedes confiar ciegamente en una mujer, en especial en alguna “mejor amiga” ya que en el momento que menos piensas se puede suscitar la más dulce traición ante tus ojos.

Comprender según la RAE es: “Entender, alcanzar, penetrar y encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro”, pues partiendo de este punto es difícil entender las acciones, actos y situaciones en alguna mujer, muchas de sus palabras se pueden convertir de un día para otro en la más grande mentira o la más cruel realidad. Pero volviendo a mi caso personal, creí haber encontrado a la mujer perfecta- como amiga- en la que puedes confiar, contarle tus sufrimientos amorosos o simplemente escuchar un ¡tú puedes! Cuando estas a punto de jugar el partido más importante de tu vida, pero me equivoqué, ya que las palabras son tan distintas a los actos y los actos huyen de las más bellas historias de amor y amistad jamás vistas en una pantalla, los si se convierten en rotundos silencios y los abrazos en epopeyas sin final feliz.

No solo por lo expuesto puedo afirmar que es difícil entender a la mujeres sino también por muchas veces escuchar dos aseveraciones distintas en un mismo día, porque dicen que quieren algo que después les disgusta, porque tienen actitudes que dejan mucho que desear en muchas ocasiones etc.
Antes de acabar quiero aclarar que no todas las chicas son iguales, pero si podría decir que todas las que he conocido tienen su lado incomprensible. ¡Vaya problema!

*Indispensable: en sentido figurado, ya que no he considerado ese adjetivo como propio o aplicable.